jueves, 28 de febrero de 2019

10 KMS DE REAFIRMACIÓN

LLego a Granollers y aparco sin dificultad recién marcadas las 8 de la mañana. Es domingo 24 de febrero y toca ponerse a prueba y al mismo tiempo volver a sentirse corredor popular.


La Mitja de Granollers es un evento de referencia en el atletismo en ruta penínsular, engloba además de la prueba estrella de 21 kms y 97 metros, un 10 kms homologado y un 5 kms.
La organización esta sumamente cuidada pues este no es un evento más en la población vallesana y aledaños, este es el evento más potente y con mayor difusión a nivel deportivo. Cada año desfilan grandes corredores de élite que arrojan marcas estratosféricas y dan un caché incontestable a la competición, y luego estamos los "populares", para mí los auténticos protagonistas, algunos con marcas verdaderamente envidiables y otros no tanto pero todos aunados en el noble objetivo de superarse, de mejorar , de competir contra si mismos.


Este año de reencuentro vengo a disputar el 10.000 metros, la prueba tiene su salida 1 hora antes de la Media y unos 30 minutos antes que los 5 k. La temperatura es fresca pero augura calor, especialmente para lo que van a correr la distancia larga. En el pabellón polideportivo de forma espaciosa y eficaz las gradas se han convertido en el guardarropa ofrecido a los participantes, los números de dorsal condicionan donde se debe entregar la mochila una vez listos para la carrera.


Salgo a la calle y decido calentar un poco, me sorprende el gran número de público y corredores que ya ocupan las calles adyacentes a la zona de meta y salida, esperaba menos ambiente para lo "teloneros", pero unos que llegan , otros que están ansiosos y a los que les toca correr engloban un bosque de zapatillas y camisetas con colores fosforito que desborda el gris asfalto.


Dos kms de trote y entro en el cajón de salida, no llegamos a 1000 los participantes de la primera prueba hay buen ambiente y con apenas retraso se da la salida, es espaciosa pues es la misma que tomará la Mitja, enseguida puedes buscar tu ritmo y acomodarte en una trayectoria , mi estrategia es no superar en exceso los 6 minutos por km en los primeros 5 ascendentes y recuperar esa diferencia en los 5 siguientes de bajada.


Como test, bajar de 65 minutos es mi marca mínima exigida, un aprobado, acercarme a 60 minutos o mejorarlos empieza a ser una nota muy positiva y es la que busco.


Estoy fresco y motivado por lo que ruedo más deprisa de lo previsto, me voy conteniendo y mantengo un ritmo cómodo por debajo del objetivo estratégico. Existe algún punto de ascenso más pronunciado pero es bastante lineal, donde noto más exigencia es entre el km 4 y 5, ahí si que me esfuerzo para seguir con el mismo ritmo, pero mentalmente estoy tan contento de ver que tengo al alcance el sub 60' que no contemporizo.


Giro y avituallamiento que paso de largo, en un 10 kms salvo que el calor me lo exija no suelo beber, ya he cubierto la distancia más compleja, ahora prácticamente todo es bajar y llanear, estoy genial y además la temperatura es perfecta, el "coco" está en éxtasis bajar de 60 minutos está en mi mano, pero además bajar por mucho.


Me lanzo a aumentar la velocidad me pongo a ritmos a los que no había rodado en años, el descenso, el bienestar y la motivación me empujan a estar muy cerca de los 5 minutos por km, decido acoplarme a dos corredores que mantienen un ritmo de crucero muy sólido mientras el recorrido se va recortando y los puntos kilométricos van quedando atrás. A falta de menos de 2,5 kms los corredores de la carrera de  5 k se incorporan por la izquierda, pues el tramo final se comparte entre ambas pruebas. El ambiente es tremendo a ambos lados del circuito, la gente anima y apoya, excepcional.


El coctel de sensaciones me hace cometer un error , a falta de 2 kms me vengo arriba veo que puedo ir a por un sub 55 y tiro de "oxido nitroso", dejo atrás a mis "liebres" y me tiro a la piscina sin agua...
Craso error , las piernas dicen sí pero a falta de menos de 500 metros los pulmones dicen no... Me falta el aire y tengo nauseas, me quedo pegadito al lado derecho para no estorbar a nadie que venga fuerte y decelero intentando subsanar la cagada, me pasa un buen número de corredores, a las puertas del arco de meta estoy a punto de detenerme pero consigo cruzar la alfombrilla de cronometraje y
arrinconarme agarrado a la valla a punto de echar algo más que la barrita del desayuno.



Un voluntario me pregunta si estoy bien, le marco un ok con el  pulgar y en unos segundos estoy recuperado. Entonces echo un ojo al gps y veo que me he quedado 1 segundo por encima de los 56 minutos, la reacción es una complicada mezcla de alegría, cabreo y emoción. La marca había superado todas mis expectativas pero no gestioné bien la carrera.

Aún así, muy feliz del resultado obtenido y la experiencia vivida, desde septiembre de 2016 en que corrí la Mercé no había tomado parte en un 10 km y eso ya es una victoria. Sumo 9 semanas de entrenamiento sin lesiones ni sobresaltos , eso es una gran noticia. Corrí a un ritmo medio de 5'36''/Km, aunque sea más lento que el ritmo al que corría maratones hace un tiempo, no me había puesto a esa velocidad desde hace casi 3 años, eso es un logro.

En lo que a la cursa en sí se refiere, la recomiendo totalmente, la organización es buenísima, el recorrido adecuado y homologado, los obsequios y avituallamiento final geniales y por poner un punto negativo es demasiado cara para tratarse de un 10 kms, pero la atmósfera que lo envuelve vale pagarlos alguna vez para disfrutar de la magia atlética de Granollers.

Subido este peldaño me toca seguir en la misma línea con el espaldarazo recibido por este test y visualizando ya el siguiente punto, la Mitja Marató de Banyoles.


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